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lunes, 2 de marzo de 2015

NACIONAL HAITIANO BURLA SISTEMA PENITENCIARIO VISTIÉNDOSE COMO UNO DE ELLOS

Foto colocada en varios puntos de Mao, Bertone Petit en
momentos que era ingresado al penal.
Por segunda vez, el nombrado Bertone Petit de nacionalidad haitiana, emprendió la huida del Centro de Corrección y Rehabilitación de Mao (CCR-Mao) donde guardaba prisión cumpliendo condena de 30 años luego de ser hallado culpable de varios delitos incluyendo un homicidio.
Una batería de agentes activó la búsqueda desde el fin de semana para atrapar a Bertone Petit, de quien hasta la tarde del primer lunes de marzo aún no hay rastro identificado.   
Internos comentan que el recluso escapó en horas de la noche del sábado, “salió al patio vestido de agente (camiseta blanca y pantalón azul), cruzo una garita y camino unos 200 metros, saltó la verja evitando hacer contacto con el tendido eléctrico que impacta la malla del cercado metálico”, dice un compañero de pabellón del prófugo quien presenció la fuga.

Crónica de la huida
En un primer intento, hace unos 45 días, Peti escapó del CCR-Mao en horas de la tarde logrando salir por la entrada principal evadiendo la seguridad de varios agentes que vigilan permanentemente el recinto, varias horas después fue reapresado por miembros de la policía al momento que "se daba un chapuzón” en el río Gurabo en Pueblo Nuevo-Mao.
Al ser reintegrado en el Centro de rehabilitación, el nacional haitiano, quien es descrito por la Policía Nacional como un individuo altamente peligroso con señas particulares: “una bolsa de aire en la garganta y una cicatriz que lo hace reconocible”, fue enviado a una celda de castigo donde permaneció por unos 30 días. Allí, amarrado por pies y manos con unos 5 grilletes en posición encorvada y desnudo, comía y hacía todas sus necesidades. 
Antes de cada comida y previo al descanso nocturno, Bertone, recibía unos 12 latigazos y era sometido a sanciones inhumanas durante el tiempo de su “reflexión”. “Fue Dios que lo ayudo salir de aquí, este es un infierno” dijo un interno mientras narraba lo sucedido a un servidor.
Luego de cumplir el tiempo establecido por la “junta”, como llaman en el nuevo modelo penitenciario a los que deciden el destino de los que “se portan mal”, Peti fue trasladado a otra cerda llamada observación y es precisamente del lugar de investigación o vigilancia permanente que, de manera irónica, logra escapar. 

Descontento
Los internos se quejan de la precaria alimentación y el trato que reciben de los agentes, alegan que “es mejor estar en una rulai (sistema penitenciario tradicional) y no aquí, a ustedes le venden la idea de que esto es un paraíso”.
“Todo es bien mientras ustedes están aquí: permiso, por favor, disculpe; esas palabras no existen en el idioma de ellos” comentan algunos internos que muestran inconformidad con el sistema penitenciario cuya reforma fue aplicada al inicio de la década pasada para evitar privilegios entre los privados de libertad. 
El silencio de las autoridades
Periodistas de varios medios se apersonaron al Centro de Rehabilitación de Mao a fin de buscar información sobre el hecho pero no le dieron entrada alegando que "no hay quien los reciba". 
El centro se maneja con un hermetismo en cuanto a información sobre éste y otros casos, a tal punto que he presenciado varias actividades realizadas con los internos y no he visto medio cubriendo dichos eventos.
Muchos internos temen conversar abiertamente de cualquier tema porque, según ellos, los envían para "la burra" o cerda de castigo donde lo hacen reflexionar para que adopten una  conducta adecuada.