EL ARREPENTIMIENTO: ACTO SINGULAR

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”. 2 corintios 5:17

"La conversión no es un cambio aparente...no es variar la religión, no es un cambio de ideología o de pensamiento. No es un cambio de estatus, no es subir o bajar la escalera de la vida, la conversión es más que es un mero cambio, aquel que siente un toque profundo de Dios cambia desde adentro.

Este acto no depende de un pensamiento ni de una emoción, no es una idea. La conversión trasciende a la anatomía, sobrepasa cualquier estado psicosocial. Cuando la conversión es real sale desde lo más profundo del ser, cambian los pronósticos, un joven adicto que se convierte deja la atadura que la ciencia ni los programas psicológicos, ni mucho menos los consejos hicieron cambio, el cambio lo hace Jesucristo, el único que tiene poder para restaurar, cambiar o arrancar cualquier maldición que haya sembrado en el enemigo.

Jeremías 15:19 por tanto así dijo Jehová: si te convirtieres, yo te repondré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos á ti, y tú no te conviertas á ellos.

Si te convirtiere…Dios dice: “YO TE RESTAURARE”….Sin embargo pocos quiere trabajar en base a su conversión, a veces nos cuesta dejar que Dios actué en nuestras vidas

Conocer a Dios es hacer su voluntad, es mantenerse firme en el camino.

La conversión es cambio de vida fruto de un encuentro con Jesucristo que nos lleva a ver la vida centrada y ordenada en la moral. La conversión es una gracia de Dios otorgada por los méritos de la redención de Cristo que murió en la cruz para reconciliarnos con el padre. La conversión es esencial para ser discípulos de Cristo y salvarnos.